miércoles, 14 de mayo de 2014

Bajo la misma estrella - Capítulo 11

   Al llegar a Ámsterdam, se suben a un taxi y este los lleva a Filosoof, el hotel en el que se hospedarán los tres días. En una habitación se quedarían Hazel y su madre, y en otra Augustus.
  Ansiosa, la mamá le pregunta a Hazel si quería ir al Parque de Ámsterdam (que estaba al lado del hotel), pero ella estaba verdaderamente cansada como para volver a salir, así que decidió tomarse una siesta.
  Cuando despertó, vio a la madre sentada a su lado leyendo una guía. Al ver a su hija despierta, la madre le mencionó que esa noche Gus y ella (Hazel) irían a cenar a un muy lujoso restaurante.
  Luego de un rato, Hazel fue a cambiarse. Se puso un vestido azul sin mangas con unas manoletinas y leotardos, ya que amaba ser más baja que él. A las 6 en punto, Gus tocó la puerta de la habitación; lucía un hermoso traje negro, con una camisa celeste claro debajo, y una fina corbata negra.
  Al restaurant se llegaba en tranvía. Y cuando bajaron, una mujer rubia los estaba esperando para llevarlos a su mesa.
  Cuando se sentaron, Gus le sirvió una copa de champán a Hazel y lo tomaron juntos. Después vino un mozo a tomarles el pedido, y al rato volvió con un plato de espárragos blancos belgas. Mientras comían, miraban el canal que había paralelo al restaurante, y hablaban sobre lo deliciosa que estaba la comida.
  Al rato vino el camarero con el postre y, mientras lo comen, Gus le cuenta a Hazel que cuando le diagnosticaron cáncer, decidió que quería estar preparado, entonces le pidió a los padres comprarse un traje para su funeral. Y era el que tenía puesto en ese momento. Luego, Gus le preguntó si creía en la vida después de la muerte, ella le dice que no, y empiezan a discutir acerca de lo que pasará cuando se mueran, pero por último terminan riendo. El mozo interrumpe la conversación para retirar los platos, y aprovecha para avisarles que esa cena la pagó Peter Van Houten.
  Pasearon por el canal mientras anochecía. Se detuvieron en un banco y se sentaron muy juntos mientras Gus le pasaba el brazo por el hombro a Hazel, y contemplaban el hermoso paisaje.
  Ella le confesó que no cree que Peter les cuente todo lo que necesitan saber acerca de “Un dolor imperial”, entonces empezaron a pensar y planear todas las dudas sobre el libro, para luego decírselas a Van Houten. Luego Hazel le pregunta si puede contarle qué pasó con Caroline Mathers, y él accede.
   Gus le cuenta que conoció a esta chica en el patio de El Memorial. Le empezó a preguntar a las enfermeras el nombre de la chica, hasta que un día se la presentaron. Ella estaba siempre deprimida y de mal humor, pero a él le gustaba. Le alegraba saber que era la única persona en el mundo que había elegido no odiarla. Pero al hablar con ella, no sabía si estaba con Caroline o con su tumor. Los médicos lo llamaban “tumor gilipollas”, porque te convierte en un monstruo. Y a la chica a la que le falta una quinta parte del cerebro se le reproduce el tumor gilipollas y, ella se había convertido en una verdadera bruja.
  Caroline estaba cada día peor, y llegó un momento en el que ya era inaguantable para Gus, pero se había encariñado mucho con su familia, y además ¿Cómo dejar a una chica que está muriéndose? Se le hizo eterno. Llegaba un momento en el que no pensaba las cosas antes de decirla, o repetía más de 10 veces la misma oración y las 10 veces se reía de lo que decía. Estuvo casi un año saliendo con una chica que siempre le decía a la gente “Gus tiene unas piernas fantásticas. Bueno, una pierna”.

  Al terminar de contar esto, Hazel se quedó helada, y lo único que le pudo decir fue “Lo siento, no quiero hacerte nada así nunca”, a lo que él le respondió “Bueno, no me importaría, Hazel Grace. Sería un privilegio que me rompieras el corazón”.

11 comentarios: