viernes, 2 de mayo de 2014

Bajo la misma estrella - Capítulo 8

  La familia de Hazel va con ella a una reunión que hacen cada tanto varios médicos junto con María para hablar sobre cómo va el cáncer. Y al terminar quedaron en que seguirán haciendo todo igual que como lo están haciendo, pero le harán una limpieza pulmonar más seguido. Hazel aprovechó la ocasión para preguntarle a María si viajar a Ámsterdam iba a matarla; pero por una votación entre todos los médicos, decidieron que es mejor que se quede en su casa, para evitar riesgos.
  Después de cenar, cuando Hazel ya estaba en su cama por dormir, Gus la llama, así que ella aprovechó el momento para decirle que no iba a poder viajar, a lo que él le responde que no le hubiera avisado a los médicos, y la hubiera llevado a Ámsterdam sin ningún tipo de obstáculos en el medio. Luego de un par de bromas Hazel cuelga y se duerme.
  A la mañana siguiente, Hazel se levanta y va al patio trasero. El cielo estaba gris y con muchas nubes, pero aún no llovía. Se sienta en el pasto y llama a Gus, mientras mira los columpios que su padre le había comprado cuando era pequeña (y sana). Da el contestador y deja el celular a su lado, mientras piensa todo lo que daría por estar sana sólo un par de días. Al cabo de 15 minutos, el teléfono suena, y Augustus saluda a Hazel del otro lado de la línea. Él se da cuenta de que Grace está llorando, así que inmediatamente le pide explicaciones, y ella le responde que quiere ir a Ámsterdam, que no quiere llevar la vida que lleva, que el cielo gris la deprime y que está viendo los columpios que le compró el padre cuando era niña. Gus le dice que tiene que ver esos columpios y que en 20 minutos estaba allí.
  Cuando Gus llegó, le dijo que por más que lo intente, no iba a lograr alejarlo, que todos los esfuerzos por salvarlo de ella fracasarán, y luego, agregó que esos columpios eran verdaderamente deprimentes y que tendrían que hacer algo con ellos. Entraron a la casa y abrieron la página de Llévatelo Gratis, hicieron un anuncio sobre el columpio y lo publicaron. Horas después, ya tenían una lista de pretendientes que reclamaban las hamacas, pero se quedaron con un hombre llamado Daniel Alvarez que necesitaba que sus hijos salieran de la casa un rato. Luego de entregar los columpios, Augustus se fue.
  Al otro día, Hazel se levanta, abre la casilla de mensajes y ve que tenía un e-mail de Lidewij Vliegenthart, que decía que Gus le había avisado del viaje a Ámsterdam y que los esperaban el 5 de mayo en la casa de Peter para saber las respuestas a todas las preguntas que tiene sobre “Un dolor imperial”.

  Decepcionada, Hazel llama a la madre y le dice que le tienen que avisar a los genios que se ha suspendido el viaje, porque al parecer todavía no lo saben. Pero la madre, sin poder aguantarlo más, le confiesa que la doctora la llamó a la noche y le dijo que podría viajar.

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