Estuvieron toda una semana sin hablar, y un
día a la noche Gus la llamó para avisarle que le había mandado una carta a
Peter Van Houten a través de su ayudante Lidewij Vliegenthart, diciéndole que
le había encantado el libro y que significaba mucho para él que contestara esa
carta. Y Peter se la contestó.
Entonces Hazel le pidió a Gus la dirección de
e-mail de Van Houten, y le mandó un mensaje con un par de preguntas acerca del
final del libro, demostrándole en cada palabra su total admiración hacia él.
Al terminar de escribirla, llama de nuevo a
Augustus, y después de un par de conversaciones sin ningún tema en especial, él
le confiesa que su última novia había muerto de cáncer cerebral. Apenada, ella
le dice que lo siente, y luego que se tiene que ir a dormir; él le responde “bien”,
ella le dice “bien” y él se lo repite y le dice que tal vez “bien” será su “siempre”,
ella se ríe y le responde “bien” y Gus cuelga.
Al otro día, Hazel se despierta y ve que
tiene un mensaje de Augustus, que dice que Isaac ya fue operado en El Memorial,
que ya era oficialmente ciego. Entonces ella va a visitarlo al hospital para
hablar con él, para hacerle olvidar un poco de la operación y su ruptura.
A la mañana siguiente ve que en la casilla de
mensajes hay un e-mail de la ayudante de Peter, lo abre y ve que el escritor le
respondió. La carta dice que lamentablemente no le puede responder las
preguntas, porque no cuenta con hacer una segunda parte del libro, y no confía
en ella como para decirle lo que pasaba en la historia, ya que con esos datos
Hazel podría hacer un próximo libro. Entonces le dijo que si verdaderamente
deseaba saber el final de “Un dolor
imperial”, estaba invitada a su casa en Ámsterdam, para hablar con él en
cualquier momento. Frustrada, Hazel le cuenta a la madre esto y le pregunta si
podían ir, a lo que ella le responde que no cuentan con el dinero necesario
como para hacer un viaje de ese estilo.
Cuando la madre se va, llama a Augustus y le
lee la carta; cuando termina, Gus le pregunta si ya usó el deseo de Genie
Fundation (una organización que se especializa
en concederles un deseo a niños
enfermos) a lo que Hazel le responde que sí, lo uso hace tiempo para ir a
Disney.
Días después, Hazel llega a su casa y se
encuentra con Gus en el camino de
entrada, con un ramo de flores anaranjadas en la mano, invitándola a un picnic.
Entran a la casa, ella se arregla un poco, deja los tulipanes y salen de nuevo.
Gus la lleva a un parque con grandes esculturas
de artistas en la colina. Luego de subir, él saca un mantel naranja, jugo de
naranja, sándwiches de queso holandés, y le da todo un discurso acerca de los
deseos, los artificiales y los verdaderos, y le dice que su deseo, su verdadero
deseo, era ir a Ámsterdam a conocer a Peter Van Houten con Hazel, entonces le
explica que todavía él no usó su deseo, pero lo usaría para ese viaje con ella.